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17 de agosto de 2015

Miguel Ángel López: ''Trabajando con piedras eres de poco llorar''


Su dinastía no es la Amenofis III pero comparte con él haber levantado un gran coloso en Egipto. Sólo que el faraón ordenó y él se metió en el barro y devolvió la vida a la mole allá junto al Nilo. Pero Miguel Ángel López Marcos (Nódalo, 1963) no pasará a la historia como su ‘antecesor’: de haber podido elegir, no sería coloso, ni momia ni escarabajo siquiera...

Tan sólo un resucitador. Sin temores allá donde la sinrazón devasta más que un terremoto, es difícil aunar el tacto de la piedra y de la arena. El arqueólogo lo intenta.

P.-Dígame, ¿qué le pone más, el presente o el pasado?

R.-Depende, muchas veces me pone más el pasado. Depende sobre todo de la dificultad del trabajo o que sea un reto como lo del coloso. Nadie creía que eso se pudiese levantar con esa falta de medios.

P.-¿Por qué le gustan tanto las piedras, oiga?

R.-Eso sí que no lo sé responder. Mucha gente me dice que estoy loco... Siempre me ha gustado la arqueología y de hecho estudié Arqueología y restauración. Me especialicé en esto de las piedras quizá influenciado por la parte constructora de mi padre, que era aparejador. No sé si tendrá que ver. Las piedras son algo árido pero me gusta, sí.

P.-¿Con qué coloso sin nombre sueña más a menudo?

R.-Qué te diría... Con algo que fuera casi imposible de realizar. Me gustaría meterme ahí.

P.-Pues no entiendo ese afán por hacer revivir a las piedras, oiga.

R.-No es revivir, es devolverle la función para la que fue concedida y que la gente la disfrute. El coloso, que cayó por un terremoto, no se tiene que dejar de disfrutar...

P.-Hablemos de usted. Su duda más perenne.

R.-Si compagino adecuadamente mi vida profesional con la personal. Mi familia sufre mucho con esto...

P.-Una del presente. ¿Qué le duele de España que no de Egipto?

R.-De España duele la falta de sentimiento nacional que solo tiene el que sale fuera. Aquí todo el mundo protesta, somos muy malos con nosotros mismos. Todo son quejas. Aquí si ves una bandera española, la mayoría no la quiere ni ver. Yo he visto a gente españoles fuera, que al principio pensaban así, y luego no.

P.-A ver, se come la vida a bocados, con cuerdas, pico y pala.....

R.-Empiezas queriéndote comer el mundo y luego, como decía la canción, sólo muerdes una esquina. Pero sí, con picos, palas, de muchas formas es posible comerse la vida.

P.-Da vida al coloso, pero ¿cuándo siente que a usted se le va el tiempo?

R.-Es el precio, hay que elegir. No puedes coger dos trenes a la vez.

P.-La efigie de un numantino ¿cómo se la imagina?

R.-Pues recia y con perfil duro.

P.-Usted, que tanto protege y conserva, ¿ante qué se parapeta?

R.-No tengo muchos temores. Cuando estoy trabajando intento tomar todas las medidas de seguridad posibles.

P.-¿Volvería usted después de viajar en la máquina del tiempo?

R.-Yo lo que quisiera es tener una máquina del tiempo. Viajaría a cualquier sitio menos a la Edad Media. Lo tuvieron que pasar fatal.

P.-Si no lloran los colosos, ¿por qué grieta llora cuando nadie le ve?

R.-Trabajando con las piedras eres de poco llorar. A mí me harían llorar mis hijos.

P.-¿Qué idioma habla con la mole?

R.-A veces cuando me sale algo mal y estoy enfado juro en árabe. En árabe, en inglés, en francés...

P.-En estos días ¿qué crisis escupe sobre las ciudades monumentales?

R.-La crisis política actual es triste. Es triste lo que está pasando, en Palmira, en un montón de sitios donde se está anulando el paso del tiempo. Es una errónea lectura del Corán, que se creen que adoras a otro dios que no es el verdadero, que para ellos es Alá. Pero si confundes eso con la admiración hacia una expresión cultural y artística, mal vamos y desde luego si no entiendes el pasado, poco futuro vas a tener. Lo recurrente de saber de dónde vienes para saber hacia dónde vamos es fundamental. Los errores más grandes de la historia siguen siendo cíclicos y no aprendemos.

P.-¿Qué saben sus manos de usted?

R.-Saben todo lo que hago.

P.-Nos afanamos en conservar la piedra y cuántas cosas olvidamos.

R.-Muchas, pero las piedras también tienen derecho. No soy un fanático pero es mi trabajo.

P.-Un misterio no resuelto.

R.-Cómo fueron capaces, con medios de hace 3.500 años, de tener semejante concepción artística. Nosotros estábamos en la Edad del Bronce y ellos habían desarrollado una concepción artística y de ingeniería... Si no tuviera formación académica estaría tentado en pensar en la acción de extraterrestres como mucha gente... Me parece increíble. Imagínate cortar una montaña, montarla en 7 barcos, llevártela, 800 kilómetros a contracorriente hasta Luxor y allí tallarla y levantarla. Un misterio.

P.-¿A quién resucitaría si pudiera?

R.-A Ramses II, fue un tío grande.

P.-¿Qué saben los colosos del Estado Islámico de Perdición?

R.-Igual lo saben y por eso se han metido bajo tierra. Es la misma gente y la religión en este caso ha hecho mucho daño. El nivel cultural e intelectual y de poderío artístico y de ingeniería que había ha caído en picado. Si ellos tuvieran que hacer la décima parte de lo que hicieron sus antepasados, sería impensable.

P.-¿Qué día supo que la vida, al final, era polvo?

R.-Pronto, cuando empecé a estudiar. Ya me di cuenta de que esto no... de que nos quedábamos en el camino.

Artículo: P. Pérez Soler.

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