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30 de diciembre de 2014

Tekenu: incógnita de la iconografía egipcia


En efecto, tekenu es un término que no ha de resultar familiar al lector medio, pues constituye una de tantas incógnitas que aún guarda el Egipto antiguo y el gran público desconoce. Así pues, sabiendo de su carácter iconográfico y que está enmarcado en el ritual funerario egipcio, ¿qué significa exactamente el tekenu?

La representación del tekenu ha sido plasmada de forma dilatada en el tiempo, desde el Reino Antiguo (2675-2350 a. C.) hasta época ramésida (1292-1075 a. C.), si bien se ha limitado a las tumbas nobiliarias, en cuyos muros pintados aparece como componente del cortejo fúnebre.

A simple vista eltekenu se asemeja a una masa oscura a veces antropomorfa, probablemente un individuo envuelto por una piel (denominadameska, con certeza extraída de un toro sacrificado) y sentado sobre un trineo, dejando ver cabeza, torso y extremidades ocasionalmente. Si bien la carencia de inscripciones en torno altekenu repercute directamente en su exiguo conocimiento, los especialistas han barajado varias hipótesis.

En primer lugar, podría tratarse de un envoltorio para guardar los órganos internos del difunto extraídos durante la momificación y que no habían sido depositados en los vasos canopos, donde se guardaban los principales órganos, por ser considerados menos relevantes o impuros. En la ceremonia de Apertura de la Boca, uno de los rituales funerarios egipcios por excelencia, se pretendía la reactivación del aliento vital del difunto, para lo cual todos los componentes del mismo debían permanecer indemnes y así garantizar la vida en el Más Allá (Duat).

El tekenu, por otro lado, podría encerrar naturaleza verdaderamente humana y, en relación al anterior ritual, encarnar al sacerdote Sem, figura religiosa propia de contextos funerarios. Este sacerdote iba ataviado con su característica piel de leopardo, hecho que algunos vinculan con la piel de toro mencionada y asimismo dotada de cualidades regeneradoras. En algún momento del ritual de Apertura de la Boca este sacerdote entraba en trance para después ayudar simbólicamente al renacimiento del difunto en la Duat.

Es precisamente en época ramésida cuando el tekenu desaparece como tal del repertorio iconográfico y es sustituido por dicho sacerdote; sin embargo, el carácter “puro” propio de los miembros del clero resta partidarios a la idea de que el tekenu sea un religioso, pues en general altekenu se le asignaron connotaciones más bien oscuras y ligadas al dios Seth como concentrador de lo funesto. El difunto, en contraposición a ese dios, se reconocía en la figura del benignoOsiris, circunstancia que permite establecer aquí un interesante paralelismo con el célebre Mito de Osiris.

Otros ven en el tekenu reflejadas las formas de enterramiento más arcaicas, o incluso sacrificios humanos. Planteamiento un tanto inquietante este último, quizá solo perseguía el fin de eximir al ya fallecido de una “segunda muerte” en la Duat inmolando a sustitutos, normalmente extranjeros asociados a Seth. Tal vez el mencionado sacrificio del toro, que reemplazó con el tiempo a este hipotético sacrificio humano, sea un vestigio del mismo.

Además, es importante señalar que el tekenu, habitualmente en posición fetal, podría identificar al difunto con un niño en el momento del nacimiento, acaso una analogía de renacimiento y tránsito a una nueva vida.

Dicho esto, juzguen ustedes mismos. Podemos, en cualquiera de los casos, extraer dos conclusiones. Por una parte, la complejidad que presenta comprender la concepción e ideología de sociedades ancestrales como la egipcia, que una vez más reafirma su brillantez. Por otra, el anhelo primordial de la humanidad por recordar la vida incluso más allá de la muerte.

Artículo: Que Aprendemos Hoy.

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