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1 de mayo de 2011

El templo de Debod


El Templo de Debod es un templo del antiguo Egipto localizado actualmente en Madrid (España). Está situado al oeste de la Plaza de España, junto al Paseo del Pintor Rosales (Parque del Oeste), en un alto donde se encontraba el Cuartel de La Montaña (en el que se produjo un sangriento episodio de la Guerra Civil Española). Al ser trasladado a España, se situó de manera que conservase aproximadamente la misma orientación que en su lugar de origen, de este a oeste.

El Templo de Debod fue un regalo de Egipto a España (año 1968), en compensación por la ayuda española, tras el llamamiento internacional realizado por la UNESCO para salvar los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel, en peligro de desaparición debido a la construcción de la presa de Asuán. Egipto donó cuatro de los templos salvados a distintas naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos (se encuentra actualmente en el Metropolitan Museum de Nueva York), Ellesiya a Italia, Taffa a Holanda y Debod a España.



Tiene una antigüedad de unos 2200 años. Su núcleo más antiguo fue erigido bajo el rey egipcio Ptolomeo IV Filópator, y decorado posteriormente por el rey nubio Adijalamani (Adikhalamani) de Meroe hacia 200-180 a. C., dedicado a Amón de Debod ("Amani", en idioma kushita) e Isis. Posee importantes añadidos de época ptolemaica y romano-imperial (del siglo I a. C. al II d. C.).

El templo de Debod se encontraba situado en la pequeña localidad que llevaba este nombre (Debod), en las orillas del río Nilo, próximo a la primera catarata, en la Baja Nubia, «país del oro», al sur de Egipto, muy cerca del lugar donde el Nilo corta al Trópico de Cáncer. Un poco más al norte, en la isla de Filé, se encontraba el gran santuario de la diosa Isis. El templo de Debod formaba indirectamente parte de ese santuario, aunque su culto estaba dedicado al dios Amón de Debod. Teológicamente ligado a Filé desde el siglo I a. C., tendrá también una especial vinculación con otros templos de la zona.


En el asentamiento que se conoce como Debod, los restos más antiguos se remontan al Imperio Medio. Ciertas evidencias apuntan a la existencia de un pequeño lugar sagrado en la zona, probablemente una capilla, fechada en el Imperio Medio. Por desgracia se desconoce a qué divinidad se rendía culto. Se ha especulado con Jnum y Satis, que son dioses de la Primera Catarata. El lugar era periódicamente visitado por expediciones regias encargadas de la explotación mineral en los uadis cercanos. De esta fase apenas han quedado restos arqueológicos. Durante la época ramésida se produce la egiptización de Nubia. Es entonces cuando se erige en Debod el primer edificio en piedra del que se tiene constancia, consagrado por Sethi II. De nuevo desconocemos a qué divinidad estaba consagrado, pero de la necrópolis colindante a este pequeño templo parece proceder una estela que menciona por primera vez a «Amón de Debod». Algunos bloques de dicho edículo ramésida se reutilizaron en el templo grecorromano.

En el año 1960 se instituyó en España un grupo de salvamento para los monumentos de Nubia. Se llamó Comité Español y su director fue el profesor y arqueólogo español Martín Almagro Basch, que colaboró en la excavación de los yacimientos de Nubia en Egipto y Sudán. Sin embargo, las obras de excavación en el yacimiento ocupado por el del templo de Debod no las llevó a cabo el Comité Español, sino el Servicio de Antigüedades de Egipto y un equipo de la Misión Arqueológica polaca. La UNESCO encargó el trabajo de copiar todas las inscripciones del templo a los egiptólogos François Daumas y Philippe Derchain.


Una vez desmontado el templo en 1961, fue llevado a la isla Elefantina, junto a Asuán, la antigua Siena. Allí permanecieron la mayoría de los bloques de piedra hasta el mes de abril de 1970, en que de nuevo viajaron; esta vez, rumbo a Alejandría. El día 6 de junio de dicho año, las cajas embaladas que contenían los bloques del templo de Debod fueron embarcadas en el buque Benisa y llegaron al puerto de Valencia (España) el día 18 de ese mismo mes. Desde Valencia fueron transportadas en camiones hasta Madrid, donde se almacenaron en el solar del Cuartel de la Montaña.

La tarea de los arqueólogos españoles bajo la dirección de Martín Almagro fue difícil, pues el Servicio de Antigüedades de Egipto sólo entregó un plano y un croquis del alzado del monumento, junto con algunas fotografías sin referencia de ninguna clase. Más de cien bloques habían perdido la numeración y muchos fragmentos llevaban una marca que no correspondía al plano. Finalmente, y tras varios titubeos, la reconstrucción del templo fue una anastylosis, lo cual levantó ex-novo la fachada hispóstila, perdida desde el siglo XIX, y cerró el mammisi por su lado este.

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