Se han encontrado cuentas de collar y restos de cerámica elaborados con fayenza en tumbas de épocas tan antiguas como el periodo predinástico de Egipto, en las culturas Naqada (3500-3200 a. C.)
Esta cerámica se obtenía partiendo de una pasta elaborada con arena o cuarzo granuloso que, previamente, era mezclado con un material aglutinante de tipo alcalino como el natrón, o una planta llamada ash; después, la pasta se calentaba en un horno, donde el componente sódico de dicha mezcla se concentraba en la parte exterior, obteniéndose una pieza con un hermoso acabado vítreo superficial.
Los colores más frecuentes: azul celeste, azul verdoso y ocres, se obtenían aplicando pigmentos de cobre, hierro, cobalto o manganeso.