La palabra Turquesa es muy antigua y de origen indeterminado. Deriva del francés pierre turquoise, significando piedra turca. Se piensa que esto surge de una confusión, ya que en Turquía no hay turquesas, pero eran comercializadas allí, y entonces la gema fue asociada con ese país.
Esta aparece casi siempre en zonas muy áridas. Las minas de Magharah y Serabit el-Jadim fueron las dos más conocidas y utilizadas desde los primeros tiempos. En Magharah se han encontrado numerosas inscripciones, sobre rocas y estelas, que mencionan a la Turquesa. La más antigua es de la Dinastía III, el resto, principalmente, del Imperio Antiguo y del Imperio Medio.
La técnica decorativa llamada tabicado, es una de las más utilizadas en las joyas faraónicas y era, en cuanto a ella, indudablemente egipcia. Muy antigua, está atestiguada desde comienzos del Imperio Antiguo. Las piedras ó vidrios se cortaban a medida de las celdillas previamente soldadas (estructura de la pieza) y donde se colocaban para formar el motivo de la decoración.
La Turquesa fue muy utilizada en la elaboración de escarabajos Sagrados, incrustadas en pectorales, brazaletes y anillos entre otros.