Novedades editoriales

15 de julio de 2019

Los sarcófagos que esperaron cuatro milenios a las puertas de la pirámide


En los confines de Dahshur, los faraones ensayaron y perfeccionaron el arte de las pirámides hace 4.500 años. Un método prueba y error que sigue en pie en mitad de las dunas del desierto, con la belleza de las primeras veces. En sus alrededores, una misión de arqueólogos egipcios ha firmado un nuevo hallazgo que arroja luz sobre una de las necrópolis reales de Menfis menos estudiadas.

La expedición se ha topado con una colección de sarcófagos esculpidos en piedra, arcilla y madera con una retahíla de momias guardadas en su interior que han sobrevivido bien a los achaques de cuatro milenios. Los difuntos, resucitados por la gracia de la arqueología, se hallaban sepultados sobre las ruinas de un muro emplazado a unos 300 metros de la pirámide blanca de Amenemhat II (1930-1895 a. C), hijo de Sesostris I.

La sinuosa pared se extendía durante 60 metros hacia el este. Junto a los sarcófagos, el equipo ha rescatado máscaras funerarias e instrumentos empleados para cortar rocasque datan del periodo tardío (712-323 a.C), una señal de que la zona fue reusada en una época en la que los faraones nativos fueron dando paso a monarcas extranjeros, anticipando el ocaso de la civilización que creció a orillas del Nilo.

"Escogimos esta zona para llevar la excavación porque durante un examen arqueológico en Dahshur, se halló una colección de grandes bloques de piedra además de fragmentos de granito y caliza como indicación de la existencia de sepulturas", ha reconocido Mustafa el Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades y director del proyecto.

Su equipo promete nuevas temporadas para seguir "descubriendo más secretos de una zona" que se ubica al sur de la necrópolis de Saqqara, a unos 50 kilómetros de la actual aglomeración urbana de El Cairo. Un páramo desértico en el que faraones de la IV dinastía cosecharon notables avances en la construcción de las pirámides, las edificaciones que desde entonces han hipnotizado al mundo.

Precisamente las autoridades egipcias han aprovechado el anuncio del hallazgo para abrir este sábado al público la icónica pirámide romboidal del rey Esnofru. El monumento, incluido en el listado de patrimonio mundial de la UNESCO junto al resto de necrópolis reales de Menfis, permanecía cerrado a las miradas ajenas desde 1965.

Esnofru, padre de Keops, es uno de los precursores de las auténticas pirámides, tras las experiencias previas. La pirámide romboidal luce una característica forma exterior, una doble inclinación causada por las modificaciones sufridas a mitad de obra. El edificio fue edificado sobre una base recosa inestable y los obreros la iniciaron siguiendo la inclinación prevista de 60 grados. A mitad de los trabajos, que se prologaron durante 14 años, sufrió un cambio que rebajó la inclinación hasta los 43 grados.

La nueva atracción turística, en un momento en el que país trata de impulsar el regreso de los visitantes, marca la transición entre la pirámide escalonada de Zoser -una superposición de mastabas- y la imponente roja, también levantada por orden de Esnofru y la primera de caras lisas que allanó el camino para que la técnica acariciara la perfección en los poliedros de la meseta de Giza.

Antes de su regreso a escena, rodeada por páramos propiedad del ejército, la pirámide romboidal ha pasado por quirófano. La restauración ha servido para consolidar sus armazones y los muros y dotar al monumento de sistemas de iluminación interna y externa así como rampas de madera y escaleras para facilitar las visitas.

La pirámide, reconciliada con los peregrinos que merodean por la tierra de los faraones en busca de sus secretos, es la mejor que ha conservado la capa de bloques que recubría su fachada. Sus entrañas, que guardan hasta dos cámaras funerarias, tienen aún misterios por resolver. Cuenta Zahi Hawas que existen lugares en la pirámide en los que se nota una corriente de aire que procede de una zona en la que no existe acceso exterior conocido. Enigmas al alcance ahora de los turistas.

Artículo: Francisco Carrión.

Curso on-line