Río abajo, pronto encontramos los restos del templo ptolemaico de Kom Ombo, un templo insólito dedicado a dos divinidades: Horus, el dios halcón, con quien se identificaba el faraón y que tenía la función de imponer el orden sobre el caos, y Sobek, el dios cocodrilo, que también se veneraba en el oasis de Faïum. Casi junto a Kom Ombo, se encuentra el magnífico templo de Edfu, donde también se rendía culto al dios halcón Horus. En la antigua Tebes, la gran capital imperial durante el Reino Nuevo, el principal dios de la ciudad fue Amon, otro dios carnero. En la necrópolis tebana –protegida por la diosa obra Meretseguer– tuvo especial relevancia el culto a la diosa vaca Hathor, la divinidad del cielo, de la maternidad y del amor.
En la necrópolis predinástica de Abidos, ya en el Egipto Medio, se documentan los primeros testimonios de culto a los dioses chacal, es decir, el precedente de Anubis, el dios encargado de la momificación que acompañaba a los difuntos en el viaje hacia el más allá.
Información
Jueves 5 de noviembre de 2015, 19 horas. CaixaForum Barcelona. Av/ Francesc Ferrer i Guàrdia, nº 6 - 8 (08038, Barcelona).
Localización