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15 de junio de 2014

''No somos como Indiana Jones'', dice la viguesa en Luxor


Nieves López Meijueiro forma parte del equipo español del CSIS que ha descubierto espectaculares tumbas en el antiguo Egipto.

Viguesa de residencia y por decisión y madrileña de nacimiento. Nieves López Meijueiro (1979) es una de las escogidas especialistas que trabajan con el CSIC en una excavación en Luxor, en Egipto, el Proyecto Djehuty, primero en la tumba del tesorero de la famosa faraona Hatshepsut (Dinastía XVIII) y a ahora en un sepulcro real hallado muy cerca, quizá de la oscura Dinastía XI.

Su trabajo consiste en la restauración y conservación de bienes culturales, en la especialidad de arqueología. Ha trabajado en yacimientos arqueológicos en Portugal, Asturias y Mérida, y en museos como el Municipal de Écija y el de Rethymnon en Creta, además del Nacional de Arqueología y el de Ciencias Naturales. En Galicia en la catedral de Lugo. Ahora ha decidido ser monitora de pilates en Vigo, donde tiene su casa, mientras no trabaja en Egipto.

¿Una experiencia única?

Yo no excavo. El yacimiento ha ido creciendo mucho, se fue ampliando mucho la concesión, encontrando más tumbas además de la de Djehuty, que estaba llena de barro y en parte destruida por inundaciones y además había sido reutilizada. La entrada está al nivel de suelo, pero la cámara a 13 metros bajo el suelo. Trabajamos en un alto funcionario de Hatsepshut, una tumba conocida, que ya fue estudiada por egiptólogos del XIX que hemos consolidado. Estuve seis años, y seguiré más tiempo, el trabajo es muy lento, y yo sólo voy a Egipto seis semanas.

¿Qué sensación se sienta trabajando en una tumba egipcia?

En el interior de la cámara pintada no se puede trabajar, es peligrosa, así que estamos arriba de la tumba en sí, en el corredor y la capilla que dan acceso. Pero sí, es una sensación excitante aunque según pasa el tiempo es como el trabajo del día a día. No te das cuenta hasta que sales.

¿Egipto engancha?

Engancha y mucho. Allí se conoce a mucha gente, el mundo egiptológico es muy grande y aprendes mucho, la gente que está allí es apasionada. Cada jueves se dan charlas, es como un simposio de meses, hay mucho contacto, muy interesante, casi como otro mundo.

Llama la atención que usted pase de la arqueología a dedicarse al pilates en Vigo.

Empecé hace unos meses. Me formé tras un año en paro, porque la restauración en España es complicada y la vida muy errante . Busqué tener otra posibilidad de ingresos, porque Djehuty sólo son seis semanas al año, de enero a febrero. Llevo 13 años de un lado a otro, siempre con la arqueología, pero acabas con una vida muy inestable, casi no tienes una casa.

¿Se ha sentido algo así como Indiana Jones?

(Se ríe). No, no es Indiana Jones, aunque cuando se descubre algo sí que lo parece. Pero todo es muy metodológico, muy estructurado, lo que pasa que sabes que hay cosas por hallar y eso excita.

¿Estaba presente en el último hallazgo?

Arquitectos, geólogos, restauradores, cada uno tiene su zona de trabajo y si se descubre algo se ve. En cada campaña somos hasta 20 personas. Aún queda mucho trabajo en ese lugar.

¿Tuvieron problemas con la revolución egipcia durante los trabajos en Luxor?

Nos tuvimos que marchar. Se notó más al final, porque comenzó en El Cairo. No fue a lo bestia, pero hubo momentos complicados y nos fuimos. Este año ya estuvimos allí sin problemas, en Luxor, y vamos a volver.

¿Se notó mucho en el turismo?

No hay nadie. Están muy necesitados de que la gente vuelva. He visitado el país y es como mi segunda casa.

Artículo: Atlantico.

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