Desde los albores de la civilización del Antiguo Egipto y de las grandes construcciones, cuando el vino todavía no era vino, sino una deliciosa papilla obtenida por estrujadura de racimos de uva silvestre, una bebida agradable al paladar como buena alternativa al agua. En este procedimiento era fundamental la filtración de la papilla obtenida por estrujado en paño para recuperar el zumo residuo, que será pues el primer mosto.
Por supuesto todo empezó a través del consumo doméstico, pero al poner ese primer mosto en ánfora de terracota para guardarlo, y gracias a algunas otras ánforas más que quedaron por olvido almacenadas durante demasiado tiempo sin ser abiertas, no tardaron en descubrir que ese zumo de uva había fermentado y trasformado, presentando unas características totalmente nuevas para esos tiempos. Pero ese descubrimiento todavía no resultó interesantes para nadie. Fueron las siguientes e interrumpidas catas las que llevaron a la comprensión de que la consecuencia de haber dejado pasar demasiado tiempo sin abrir las ánforas, era nada más y nada menos que la producción de lo que hoy en día llamamos Vino en todo el mundo.
Los antiguos habitantes del valle del Nilo no tardaron en mostrar interés hacia esta nueva bebida, ya que por entonces la bebida más común era la cerveza, pero el vino venía considerado de mayor valor. Intensificaron la producción de mayores cantidades de uva, según un trend evolutivo de calidad y cantidad.
Las que siguen son algunas escenas de prensados representadas en las tumbas del antiguo Egipto, facilitadas por D. Osvaldo Falesiedi, funcionario del Museo Egipcio de Turín (el Museo más importante después del de El Cairo (¡merece visitarlo!).
Ya en el antiguo Reino venían realizadas tumbas con decoraciones parietales representando escenas de vida cotidiana: las de la preparación del vino (Irep), y aquéllas, de particular belleza, realizadas en el interior de la mastaba de Lymere hijo de Shepseseskafmkh, que vivió en el periodo histórico conocido como V dinastía, época en la cual las sepulturas reales se construían en forma de pirámide, aunque de dimensiones modestas respeto a las del llano de Giza (IV dinastía).
El sistema de torsión y tracción está constituido por 2 largas varas, en la que dos obreros trabajan arrodillados cerca el cántaro de recogida del mosto, otros dos, de pie, empuñan las varas a nivel intermedio, y al fin otros dos que, apoyando los pies sobre los compañeros de abajo, pueden efectuar la toma en la parte alta de las varas, y todavía otro que tira la vara como una palanca con la ayuda de una doble cuerda o correa de tejido que ciñe los costados de manera que pueda contribuir con más eficacia. Este fue el inicio fascinante de la tecnología que la fértil mente de los antiguos egipcios aportaron y afinaron a pesar del material rudimentario de esos tiempos.
En la figura siguiente se puede notar que los materiales son los mismos, pero varia su manera de uso.
Reproducción de bajorrelieve de la tumba de Ptahhotep y Akhethotep (Antiguo Reino V Dinastía). |
Reproducción de la tumba del sacerdote d'Amon Puy-em-Ra (Nuevo Reino, alrededor del 1460 a. C). |
Reproducción de la representación de la tumba Baket III (Medio Reino). |
Preparación de perfumes, bajorrelieve (XXX Dinastía). |
Hombres que pisan la uva en la cuba dotada de aperturas para la salida del líquido. A la derecha, almacén con ánforas vinicolas (Pintura de la tumba de Neferhotep (Nuevo Reino). |
Vasija para el vino, tumba de Ka (Museo Egipcio de Turín). |
Artículo: Matteo Gaffoglio.