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13 de abril de 2020

El Gran Museo Egipcio se retrasa hasta 2021 pero se puede hacer una visita de obras virtual desde casa


La decisión del presidente al-Sisi de retrasar de nuevo la apertura del Gran Museo Egipcio, que estaba prevista para este otoño, a causa de la crisis del coronavirus, ha sido acogida con la natural resignación y comprensión. Cuando Egipto, sacudido ya por la pandemia, ha cerrado sus monumentos al turismo era ingenuo pensar que la inauguración del gigantesco edificio, que arrastra ya un notable retraso, iba a mantener sus fechas. Sin embargo, como consuelo, queda la posibilidad de hacer desde casa una visita de obras virtual en YouTube para irse haciendo a la idea de lo que es ese colosal museo.

El gobierno egipcio ha iniciado una serie de iniciativas para paliar la imposibilidad de viajar en estos momentos al país del Nilo y ofrece una serie de otras visitas virtuales a sus monumentos en la iniciativa Experience Egypt from home. Stay home. Stay safe (tours disponibles en la web oficial del ministerio y en sus redes sociales en Facebook, Instagram y Twitter). La oferta de momento es reducida y en las propuestas del Ministerio de Turismo y Antigüedades no figuran visitas a las pirámides de Gizah o a las grandes tumbas del Valle de los Reyes.

Cada día se aumentan las posibilidades de excursión virtual pero hasta ahora lo que hay en el menú de tour faraónico virtual oficial es entrar en la tumba de Menna, la TT69 (por tumba tebana y su número de hallazgo), en Luxor, y en la de la reina Meresankh III, una mastaba a la sombra de la Gran Pirámide de Keops, en Gizah. La tumba de Menna, una de las más bellas pertenecientes a nobles de la 18 dinastía (1549-1292 antes de Cristo), es un recinto pequeño pero decorado con extraordinarias pinturas en las que aparecen el propietario, escriba y supervisor de los campos del faraón, y su mujer Henuttany. La de Meresankh III, nieta de Keops y quizá esposa de Kefrén, también es una experiencia interesante, pero uno desearía poder utilizar un mecanismo semejante para moverse por los corredores de la Gran Pirámide o los pasillos de la tumba de Seti I.

Otras posibilidades que ofrece el gobierno egipcio son visitar el monasterio copto en Sohag (el denominado Red Monastery), y la sinagoga de Ben Ezra, en el viejo Cairo, ambas con uso prolijo del 3D y la espectacular visión llamada “efecto casa de muñecas”, y la mezquita y madrasa del sultán Barquq, también en El Cairo. A destacar una cuarta visita, sensacional, la de las catacumbas grecorromanas de Kom El Shoqafa, en Alejandría, subida el domingo. El recorrido en 3D es sobrecogedor y permite adentrarse en los distintos nieles del recinto y apreciar cada detalle, como el famoso relieve de la serpiente coronada, de sabor gnóstico y que parece salido de El cuarteto de Alejandría.

Una simpática iniciativa nos lleva asimismo a recorrer el tradicional y tan querido Museo Egipcio de la plaza Tahrir (que afortunadamente para los nostálgicos seguirá funcionando tras la apertura del Gran Museo Egipcio junto a las pirámides, aunque despojado de algunas colecciones como la de Tutankamón), a través de 20 objetos señeros en exposición. La visita se hace de la mano de dos guías voluntariosos, Fatma Abdallah y Walid El-Batouty, que explican piezas como el collar de Pseusenes I (14 kilos de oro) en la sala de los tesoros de Tanis, o una escultura emblemática de Akenatón. En este segundo caso aprovechan para lamentar la ausencia del busto de Nefertiti, llevado a Alemania tras su descubrimiento y cuyo regreso es uno de los anhelos de Egipto y una reclamación perpetua del gobierno.

Es interesante saltar entonces a la página web del Neues Museum de Berlín, donde se encuentra el famoso retrato de la reina y que ofrece un interesantísimo “encuentro virtual” con Nefertiti en el que aparte de poder ver pormenorizadamente el busto en su sala y moverte por ella tienes acceso a un montón de información (alguna un pelín sesgada justificando el tramposo reparto que hizo el descubridor para quedarse con la pieza). Lo que no se puede negar es que en el Neus Museum -al que regresó Nefertiti tras reabrir sus puertas en 2009- la reina tiene unas perspectivas sensacionales: en línea recta en su campo de visión, como puede observarse con el navegador, se yergue una gran estatua procedente de Alejandría del dios Helios desnudo a excepción de un sucinto manto en el hombro. La reina parece sonreír.

Artículo: Jacinto Antón.

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