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22 de octubre de 2018

Egipto conmemora el 50º aniversario del traslado del templo de Abu Simbel


Egipto conmemoró el 50º aniversario del exitoso traslado del templo faraónico de Abu Simbel, que fue desmontado y movido en 1968 para evitar que quedara sumergido en las aguas del lago de la presa de Asuán.

Reubicado unos 60 metros más arriba, el templo sobrevivió gracias a una iniciativa internacional liderada por la UNESCO a petición de Egipto, en la que participó un gran número de países, que aportaron fondos y expertos, según recordó Tatiana Villegas, representante del organismo de la ONU en Egipto.

“Es la primera vez que tantos países se reunieron de forma conjunta y solidaria” en el ámbito del patrimonio cultural, explicó Villegas a Efe durante una visita al templo, organizada por el Ministerio de Antigüedades egipcio.

Villegas destacó que la campaña para salvar Abu Simbel y otra veintena de monumentos de la región de Nubia, en el extremo sur de Egipto, “mostró el potencial de la cooperación internacional” en este campo.

El traslado de los monumentos de Abu Simbel, de 3.000 años de antigüedad, se realizó en una campaña desarrollada entre 1960 y 1980 que implicó la participación de 40 misiones de países de todo el mundo.

Medio siglo después de esa hazaña, la experta de la UNESCO subraya que es “impresionante” ver cómo se conserva el templo y la estructura que fue creada para sostenerlo: un monte artificial en el que se encuentra encajado, ya que originariamente estaba excavado en la propia montaña y eso fue recreado.

El ministro de Antigüedades egipcio, Jaled al Anani, guió a un grupo de diplomáticos extranjeros y representantes de organismos internacionales a través de las estancias del templo y también por el interior de la cúpula de cemento que lo cubre.

La visita privada fue el preludio de las celebraciones que, tal y como prometió el titular, tendrán su punto cumbre mañana lunes al amanecer, cuando los rayos del sol penetren en el templo e iluminen la estatua del faraón Ramsés II, que mandó a construir el templo en su honor poco después de su ascenso al trono, en el año 1279 a.C.

Ese fenómeno se produce dos veces al año, el 22 de febrero y el 22 de octubre, un día después de la fecha en la que ocurría cuando el templo estaba en su emplazamiento original, porque al trasladarlo no se pudo reproducir su orientación de forma exacta.

Sin embargo, los ingenieros, arqueólogos y otros expertos que participaron en su reconstrucción tuvieron en cuenta esta particularidad para que el sol siguiera besando el rostro de Ramsés II dos veces al año, en unas fechas que los egiptólogos especulan que podrían coincidir con su cumpleaños y su coronación.

Artículo: EFE.

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