
En el antiguo Egipto para averiguar si una mujer se había quedado embarazada debía orinar en dos bolsas, una que contenía trigo y otra que contenía cebada, según reza el papiro, el sexo del niño estaría determinado por qué grano brotó primero, y si ninguno brotó, la prueba era considerada negativa.
Una prueba de gran similitud fue descubierta en un texto medieval alemán datado en 1699. La investigadora del proyecto, Sofie Schiødtexplicó que «muchas de las ideas plasmadas en los documentos médicos del antiguo Egipto aparecen también en textos griegos, romanos y posteriores, extendiendose hasta la Edad Media del Medio Oriente».
La extensa colección incluye aproximadamente 1.400 manuscritos, la mayoría de los cuales datan del año 2.000 a.C., una gran parte de estos textos no han sido traducidos desde su donación a la universidad en 1939.
Junto a la información médica, los documentos contienen referencias a astronomía, botánica y astrología. Los papiros científico-médicos de Egipto son escasos y la traducción de estos textos podrían proporcionar información de gran valor sobre los fundamentos de la ciencia y la medicina en el mundo antiguo.
Artículo: ABC.